Breve historia sobre los salazones de pescado
Hoy en día es muy común encontrar productos gastronómicos de gran calidad como las salazones de pescado en Alicante. La salazón de pescado es, probablemente, una de las especialidades gastronómicas más antiguas de cuantas hay en nuestro país, algo que se remonta a la Edad de Bronce, donde ya se explotaba de manera comercial la sal para su uso en salazones.
Se dice que fue la civilización mesopotámica la que descubrió que la salazón no solo servía para la conservación de la carne sino también el pescado, lo que les permitía conservar el pescado durante más tiempo en buenas condiciones.
Otra de las posibles teorías también nos remonta hasta el tiempo de los egipcios, quienes utilizaban la sal para poder conservar los pescados, sobre todo las huevas de mújol, que las secaban, salaban y prensaban para mantenerlas.
A pesar de ello, no fue hasta la época de los fenicios cuando la salazón comenzó a tener una mayor importancia dado que éstos comerciarían con este alimento por las principales ciudades de la cuenca del Mediterráneo. Desde entonces, y aunque los sistemas de conservación han evolucionado, la salazón sigue utilizándose, consiguiendo unos resultados excelentes.
Salazón para la conservación de los pescados
Una de las primeras actividades llevadas a cabo para poder resolver las necesidades alimentarias del hombre fue gracias a la pesca. Los pescados son una excelente fuente de nutrientes pero cuando dejan de ser frescos pueden llegar incluso a ser peligrosos. Ante la ausencia de un buen sistema que permitiese una correcta conservación, la salazón se convirtió en una de los mejores métodos de conservación.Se dice que fue la civilización mesopotámica la que descubrió que la salazón no solo servía para la conservación de la carne sino también el pescado, lo que les permitía conservar el pescado durante más tiempo en buenas condiciones.
Otra de las posibles teorías también nos remonta hasta el tiempo de los egipcios, quienes utilizaban la sal para poder conservar los pescados, sobre todo las huevas de mújol, que las secaban, salaban y prensaban para mantenerlas.
A pesar de ello, no fue hasta la época de los fenicios cuando la salazón comenzó a tener una mayor importancia dado que éstos comerciarían con este alimento por las principales ciudades de la cuenca del Mediterráneo. Desde entonces, y aunque los sistemas de conservación han evolucionado, la salazón sigue utilizándose, consiguiendo unos resultados excelentes.